La doctrina de la Adopción

 

adopción espiritualLa doctrina de la Adopción está ligada a la de la Justificación. Primero Dios justifica a aquellos que adopta. Esto es clave pues no podríamos ser adoptados hijos de Dios a menos que primero se resuelva nuestro problema LEGAL. Una vez que ese problema está resuelto, entonces la adopción es posible pues solo a quienes Dios justifica los ADOPTA como hijos. ¿Cómo sucede esto? ¿Qué implica ser hijos adoptivos de Dios?

1 Juan. 3:1  Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios

El apóstol Juan utiliza esta maravillosa doctrina de la Adopción para que veamos el amor que nos ha dado el Padre.  Esta exhortación nos debe hacer ver, «con nuestros ojos espirituales», cuán grande, es el amor de Dios.

Realmente tener un hijo es algo maravilloso. Una de las emociones y sensaciones más profundas es ver que ellos son en algún modo una reproducción nuestra. Son nuestra sangre, vemos el parecido que ellos tienen a nuestro amado conyuge y eso nos gusta;  vemos el parecido a nosotros mismos y eso nos gusta también.  En muchos de los casos de adopción no está ese aspecto de «parecido» pues no son hijos de sangre, aunque algunas veces si se «parecen» a sus Padres adoptivos, ellos saben que esos hijos no son resultado de la unión genética propia sino que tienen los genes de sus progenitores, para algunos esto pudiera ser una desmotivación al adoptar, por esto pienso que adoptar un hijo es una demostración mayor de amor que tener uno de sangre propia, por lo menos, mayor demostración de abnegación o amor a uno mismo.  Aunque el pecado ciertamente nos ha distanciado mucho de Dios y hemos perdido la inocencia con la que Dios creó al hombre, aunque nuestro parecido a Dios en aspecto de sus virtudes dista mucho de ser evidente, Dios ha demostrado su amor al adoptarnos.  Creo que esta es una de las grandes lecciones que Dios quiere enseñarnos en esta doctrina, ¡Cuánto nos ama!   

Así como sucede en la doctrina de la Justificación, la adopción también está ligada al propósito eterno y salvífico de Dios.  Dios en la eternidad predestinó a sus elegidos a para ser adoptados, y esto es posible por medio de Jesucristo. La adopción estaba en el plan eterno.

Efesios 1:5: en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad

Algunas personas luchan con esta doctrina de la predestinación y no la quieren aceptar. La ven como muy injusta. Pero esto es juzgar de injusto al carácter de Dios. ¿Si Dios toma una decisión, ha de ser equivocada?  ¿Tiene Dios algún propósito malo? ¿Tiene una voluntad perversa?  Muchas veces los seres humanos luchamos contra la voluntad de Dios pues las cosas no se dan como queremos, no nos gustan las enfermedades, la muerte de seres queridos, las aflicciones… pero ¿podemos decir que Dios se equivoca en algo que sucede? ¿No está el al control de todo lo bueno y lo malo? Si no estuviera al control, no sería soberano y si es soberano y no cambia las cosas es porque eso que determina es justo y bueno, aunque no lo comprendamos.  Lejos de quejarnos de Dios y sus determinaciones tenemos que aceptar que todo viene de la mano de Dios y el es quien manda. Este mismo principio debe aplicarse a la salvación.

En lugar de acusar a Dios debemos elogiar el amor de Dios para seres que no lo merecen, no solo en salvarlos de una condenación eterna sino en colocarlos en una relación filial, cercana, de cuidado y ternura.

Para ser adoptados era necesario ser redimidos:  

Gálatas 4:4,5:  Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

Los hijos no se compran, o se tienen o se adoptan. En la antigüedad se compran los esclavos, no los hijos. Con los creyentes sucede algo particular, Dios nos compra como si fuéramos esclavos pero luego nos adopta como hijos.

La adopción posterior a la Fe:   Entender el evangelio y creerlo es vital.  Como hemos dicho antes, usted no será Justificado si no tiene fe en la obra de Cristo y tampoco será Adoptado como hijo de Dios si no tiene fe.

De ahí que es importante que analice su interior a ver si hay allí fe verdadera en Jesus. Con esto nos referimos a que usted tiene confianza pura, sincera, absoluta en él y no en sus obras. Entienda, esta fe en él, no es fe en su fe.

Juan. 1:12; Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

La fe verdadera viene con arrepentimiento:

2 Corintios 6:18;  Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

El contexto de ese pasaje en 2 Corintios apunta a vivir una vida separado del mundo y sus prácticas pecaminosas. Si usted se ha arrepentido verdaderamente, no seguirá en las prácticas pecaminosas que antes andaba. Si aún persevera en ellas, es posible que no se haya arrepentido de corazón.

Como hijos Tenemos responsabilidades.

Obediencia:  Porque Dios es nuestro Padre, debemos obedecerle.  En la Biblia la obediencia se expresa muchas veces como «temor de Dios».   

Sal. 103:13: Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.

Pr. 14:26: En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.

Ef. 4:30: Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Aprovechar la Disciplina:  La disciplina o corrección que Dios nos da debe verse como un beneficio o privilegio de la adopción, pero aprovecharla y no desecharla es parte de nuestra responsabilidad. El hijo que aprende que la disciplina es para su provecho tendrá cambios en su conducta y aprenderá a escuchar las instrucciones de su Padre, quien desecha la disciplina guardará rencor y endurecerá su corazón, esto lo llevará a mayor rebeldía y a perder muchos privilegios que tienen los hijos obedientes.

Hebreos 12:6: Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.

Como hijos gozamos de varios privilegios:

Tenemos herencia:    Toda persona ha pensado alguna vez en la herencia que terrenal que recibirá. Recientemente un pintor conocido denunció a su hija porque ella quiere apoderarse de sus obras de artes y sus bienes antes de que él muera.  El amor al dinero de la herencia terrenal lleva a locuras como estas.  Nosotros, los creyentes tenemos una herencia mucho más grande e importante, es una herencia espiritual, abundante, que puede disfrutarse en alguna medida ahora y en otra en la eternidad.

Romanos 8:17: Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Relación filial:  Sería extraño pensar en un padre que no sabe el nombre de sus hijos, ¿verdad?Del mismo modo podemos decir con seguridad que Dios nos conoce de forma personal. Su trato es particular con cada uno de sus hijos. Como el «buen Pastor» Jesús habló de los creyentes como ovejas, el conoce a sus ovejas, a cada una las llama por su nombre y las ovejas oyen su voz y le siguen. 

Recibimos el Espíritu Santo:  En el momento de nuestra salvación recibimos el Espíritu de Dios, es una prueba efectiva y real de nuestra salvación eterna y que nos capacita para clamar a Dios como nuestro padre.  

Gálatas 4:6: Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre!

Efesios 2:18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Por esta causa, debemos ver que es un gran privilegio que tenemos, podemos llegar a la presencia de Dios y orar en cualquier momento a nuestro padre celestial. Esta es también una evidencia de la salvación: los hijos de Dios oran, capacitados por el Espíritu de Dios, y llegando al Padre por los méritos de Jesucristo y no en los propios.

Tenemos hermanos:   Los hijos adoptivos de Dios no están solos. Dios los ha coloca junto a muchos hermanos que comparten la misma relación con Dios, los mismo privilegios y responsabilidades.  Una evidencia de ser un hijo de Dios es estar unido a un grupo de creyentes locales que siguen con fidelidad a su Padre Celestial y a su Salvador.

Romanos 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Su provisión:  Si los padres terrenales se esfuerzan para proveer a sus hijos ¡cuanto más podremos confiar en que Dios proveerá para los suyos!

Mateo 6:30: Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

1 Pedro 5:7: Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

Su Protección:   Estoy convencido de que en el cielo nos daremos cuenta de las muchas veces que Dios intervino de forma especial para protegernos.  El tiene su ejercito de ángeles como servidores de los herederos de la salvación, vean el siguiente versículo:

Hebreos 1:14:  ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?  Los ángeles son enviados en nuestro favor.

¿Eres hijo de Dios? ¿No ves el amor de Dios enviando a su Hijo a morir para salvarte?  ¿Es acaso algo de esta vida más valioso, más importante, más digno de atención?  Cree en el Señor Jesucristo y serás hijo de Dios.

© Por Adrián Passarelli. Verdadenamor  Este material es de libre reproducción y distribución, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia. Suscríbete para recibir actualizaciones de entradas como esta aquí.

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