Nuestra forma de evangelizar habla de nuestra teología. Las palabras que usamos para anunciar las buenas nuevas expresan nuestro entendimiento de ellas. Quien ama a Dios y a su Palabra y confía que ella es la máxima fuente de autoridad sobre cada creencia y sobre cada práctica de vida, no dudará ni por un momento en que la manera de evangelizar debe ser bíblica, pues es en la Biblia que el evangelio es revelado, por ella lo conocemos, por ella lo creemos y también de acuerdo a ella debemos predicarlo.
En muchas oportunidades me pregunté si mis palabras al evangelizar era correctas, no tanto por una cuestión de gramática sino más bien por el mensaje que estaba queriendo dar a entender.
Más allá de los problemas que puede haber entre emisor y receptor, mi deseo es ser lo más claro posible y también que mis palabras lleven a la comprensión del evangelio de una forma pura, como la Biblia lo presenta. ¿Sería útil entonces considerar el evangelismo tal como aparece en la Biblia? Más que útil, esto es sumamente necesario. Si mi evangelismo es muy distinto al de Jesús o al de los apóstoles o los discípulos, como en la Biblia está registrado, algo debe ser examinado y considerado. Quizás el error está en mis expresiones o quizás está en mi conceptualización. Las expresiones se podrán cambiar con más facilidad pero la conceptualización implicará un cambio de convicciones en cuanto a teología.
Pensemos en la frase «Jesús murió por ti». ¿La dijo Jesús alguna vez? ¿Le dijo a alguien que murió o que iba a morir por el/ella específicamente? No, nunca lo hizo con algún individuo. Nunca dijo «Yo morí por ti», ni tampoco «yo moriré por ti» como una forma de evangelizar a las personas a pesar de que tuvo muchas oportunidades y encuentros en los que expuso el evangelio. Ni al mismo Nicodemo, a quien evangelizó en forma personal y privada y a quién le dijo el versículo más famoso de la biblia, ni a él le dijo «Moriré por ti».
Algunos advertirán en este momento que mi posición sobre el sacrificio de Cristo es aplicado de forma exclusiva a su pueblo (los creyentes) y no por toda la humanidad como es mayoritariamente creído y aceptado. Pero no es mi idea primaria debatir este asunto en este post (quizás en otro lo haga), sino simplemente demostrar que desde el evangelismo Bíblico, no encontramos base para repetir esta frase tan comúnmente usada en la actualidad.
Debemos considerar, sin embargo que Jesús sí usa, por lo menos en algunas oportunidades, una frase asignada a un grupo específico. Lo vemos en San Juan 10:
14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
Y es claro por el contexto que Jesús no sólo se dirige a los discípulos sino también a impíos a los cuales evangelizaba, es decir, había allí inconversos:
19 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. 20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? 21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
Entonces en ese texto antes citado, Jesús dice que pone su vida por sus ovejas, y sabemos que las ovejas son los creyentes… y no sólo los que creían en ese momento, sino los que habrían de creer después, pues habla de aquellos que oirían su voz y estarían en su rebaño.
Pensemos ahora en la predicación del apóstol Pedro: Su sermón en Pentecostés es uno de los más importantes registradas en la Biblia, no sólo por sus palabras, sino también por el resultado. Más de 3000 personas se añadieron a la iglesia en ese día. Si evaluamos el mensaje por el éxito, este debería ser considerado uno de los mejores. Pero sabemos que la fidelidad del mensaje de Pedro va más allá de la cantidad de conversiones que hubo. Él es guiado por el Espíritu Santo de Dios y anuncia el evangelio con denuedo en medio de personas que era hostiles y que además eran los culpables materiales de la muerte del Señor. Allí Pedro expone con claridad la vida, obra y la muerte de Cristo; cita la profecía sobre la resurrección del Señor, habla de Su exaltación y confronta a los oyentes con su pecado. Pero… ¿dice en algún momento «Jesús murió por ti» o «por ustedes»? No lo hace, antes bien, llama al arrepentimiento; los llamaba a confiar en la Promesa de Dios, y los exhortaba con muchas palabras a «ser salvos» de la perversa generación. No fue necesario usar esa frase, ni aplicar el sacrificio de Cristo directamente a esas personas para evangelizarlos y a pesar de eso no hay duda que Dios lo usó grandemente.
En el siguiente gran sermón, después de la curación del cojo, Pedro vuelve a predicar el evangelio y más de 5000 personas creyeron en el Señor, consideremos algunas de sus Palabra persuasivas:
19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
En hechos 10, cuando va a predicarle a los gentiles, dice así:
43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
¿Les dijo que Jesús había muerto por ellos? ¿Fue esa su forma de persuasión? No. Parece no ser imprescindible usarlo para evangelizar, aún cuando los oyentes fueran ovejas del Señor que efectivamente creerán el mensaje, y por los cuales efectivamente el Señor habia muerto en la cruz. Simplemente, no es necesario decirlo para evangelizar. No le falta nada al evangelio al decir «Cristo Jesús murió» aún cuando no le agreguemos: «por ti».
Consideremos la Predicación de Pablo: En Hechos 13 predicando junto a Bernabé en su primer viaje misionero, cuando estaban en Antioquia de Pisidia, hallamos lo siguiente:
38 Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, 39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
Pablo predica el evangelio de manera completa, anuncia la justificación, pero no la aplica con la frase «Cristo murió por ti o ustedes» sino que dice: «en él es justificado todo aquel que cree». Y no hay duda que la predicación del evangelio por parte de este apóstol era teológicamente correcta, y por otro lado es evidente que el Señor salvaba allí muchos pecadores:
v 48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.
Otra conocida predicación es al carcelero de Filipo. Cuando el viene a ellos aterrorizado y clamando orientación para ser salvo, Pablo y Silas no dicen «Jesús murió por ti» … antes bien:
31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
Como vemos en este caso, «cree» fue suficiente. Obviamente ese creer implica fe en el sacrificio sustitutorio de Cristo, donde él paga el precio de nuestra redención. Pero la frase «Cristo murió por ti» sigue sin aparecer en la evidencia biblica.
En la famosa predicación en Atenas, Pablo anuncia con gran denuedo el evangelio y en el momento de persuasión, en el clímax de su mensaje, él dice:
30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. (hechos 17)
Nuevamente no vemos al Apóstol usar esa frase que hoy parece tan indispensable en el evangelismo moderno. ¿Será que estamos diciendo algo incorrecto o que ellos evangelizaban mal?
En su predicación y defensa frente al Rey Agripa, Pablo luego de contar su testimonio, anuncia el evangelio y en el momento culmine de su predicación dice lo siguiente:
23 Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.
Una vez más, frente a tan grande oportunidad, no procura sensibilizar al poderoso Agripa, ni generarle emociones compasivas con la frase «murió por ti», no lo hace, pero aún así, anunció con claridad el evangelio.
Quizás usted recuerde alguna otra predicación del evangelio de Jesús, de Pedro, de Pablo o alguno de los otros discípulos para agregar a esta lista. La pregunta en cada caso sigue haciéndonos pensar: ¿Se usa la frase «Cristo murió por ti»? y si no se usa ¿no es un tanto extraño que hoy sea imprescindible?
Ahora bien, alguien deseará argumentar que aunque no la encontramos en el libro de hechos, ni en la predicación de Jesús, la frase sigue siendo válida pues está en las cartas expresada como doctrina, y así ellos citarán varios versículos donde dice que Cristo «murió por todos». Si ésta doctrina es entonces correcta, ¿Por que los evangelistas bíblicos no la usaron? y si es incorrecta ¿Cómo hemos de entender esos versículos que generan confusión? ¿Hay algo equivocado en lo que nos han enseñado o en su interpretación? ¿Creyeron esta doctrina los cristianos a lo largo de la historia? ¿Hubo algunos que interpretaron diferente?
Reconozco que es posible que este argumento de analizar las predicaciones bíblicas no sea el más convincente para que una persona descrea el sacrificio potencial de Cristo por toda la humanidad, pero por lo menos, es mi oración que genere ciertas dudas para que se cuestione la base de tal creencia y busque en la Biblia sustento para su teología práctica.
¿Por que es tan importante? Porque si su forma de predicar revela su doctrina y en este caso su doctrina es equivocada, cada vez que dice «Jesús murió por ti» a menos que tal persona sea un futuro creyente estaría diciendo una mentira.
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© Por Adrián Passarelli. Verdadenamor Este material es de libre reproducción y distribución, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia. Suscríbete para recibir actualizaciones de entradas como esta aquí.
Excelente hermano!
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Excelente artículo hermano. Un versículo fundamental para este asunto es
«Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.»
2 Ti. 1:13
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Romanos 5:6 Porque Cristo cuando aun eramos debiles, a su tiempo murió por los impíos
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Correcto, murió por los impíos. Todos los elegidos de Dios son impíos hasta tanto son salvados por el Hijo.
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