¿Has escuchado esta frase muchas veces? ¿Sabes lo que verdaderamente significa? ¿Qué quiso enseñar Jesús con ella? ¿Cómo podemos aplicarla a nuestra vida?
Jesús dijo esta frase tan singular en su famoso sermón del monte. En el contexto, había hablado de no hacer tesoros en la tierra sino en los cielos. Los tesoros terrenales son temporales y se pueden perder o desgastar con gran facilidad. También habló acerca de la forma de ver las posesiones materiales, cuando dijo: «la lámpara del cuerpo es el ojo». Si nuestra visión es mezquina y materialista, no podremos hacer tesoros en los cielos. Ahora va un paso más adelante y enfatiza en el asunto de la voluntad. ¿A quién estamos sirviendo? ¿Al Señor o a las riquezas?
Entendamos que la palabra «riquezas», al igual que «tesoros» deberían entenderse como todo aquello que tiene valor para nuestra vida terrenal, sean posesiones, dinero, cosas tangibles como también valores abstractos temporales como la popularidad, el renombre, el poder.
Comprendiendo la frase:
1. La frase habla de servicio: Este siervo al que hace referencia es un esclavo. (Strong’s G1398 – douleuō – δουλεύω). Los esclavos tenían dueños o amos. No debemos entenderlo como un trabajador actual, quien puede buscar un segundo trabajo en su tiempo libre. Este ejemplo no aplica para nuestro texto, aquí estamos hablando de alguien que debía servir a su amo o señor. El apóstol Pablo utiliza la misma palabra para referirse al servicio a Dios:
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Rom. 12:1
2. La frase habla de señores: Estos señores son los amos o dueños de los esclavos. Los esclavos eran comprados en los mercados y algunas veces era posible que algunos amos compartieran la propiedad. Al respecto León Morris dice lo siguiente:
“Es cierto que el mundo antiguo conocía de esclavos con una propiedad compartida (por ejemplo, Hechos 16:16), aunque en estos caso el esclavo no pertenecía por completo a ninguno”. (Pillar New Testament Commentary)
Aunque los amos terrenales compartieran la propiedad de sus esclavos, lo cierto era que no le pertenecía en su totalidad a ninguno. Además debía tratarse de amos que compartieran una misma meta en cuanto a la tarea del esclavo, como es el caso de los amos de la adivina que daba voces detrás de Pablo. Pero no puede ser así con Cristo. Queda claro por la máxima (o principio) del Señor: Ninguno puede servir a dos señores. Debemos entender entonces que se refiere a amos o señores que son enemigos, que tienen metas antagónicas, opuestas. Por eso el Señor expresa con tanta contundencia este principio. Pues si alguien sirve a dos amos que se oponen, indefectiblemente caerá en una lealtad dividida.
3.- La frase habla sobre la lealtad: En la Biblia queda muy claro que hay enemigos del creyente: La carne, el mundo y satanás no quieren que sirvamos a Cristo y menos que lo hagamos con lealtad. Ellos harán todo lo posible por desviarnos de este propósito. Por eso tenemos pasajes tales como:
1 Juan 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
En 2 Corintios 6:15 dice: ¿Y qué concordia Cristo con Belial? Obviamente no puede alguien servir a Cristo y a la vez adversario de nuestras almas. En el mismo pasaje se habla acerca de la incompatibilidad entre el templo de Dios y los ídolos. El templo de Dios es para la morada de Dios, para que él sea exaltado y los ídolos son abominación. Este versículo puede ser una buena introducción a lo que vemos en el texto que estamos analizando, pues Jesús dice: No podéis servir a Dios y a las riquezas.
4.- La frase habla sobre idolatría: Riquezas es la palabra Mamón (Strong’s G3126 – mamōnas – μαμωνᾶς ) – Están presentadas aquí como un ídolo. Está personificado. Por eso es mejor que no esté traducido con en la versión SBT, para entender esa idea.
Mamón es una palabra proveniente del arameo usada en el tiempo de Jesús y la iglesia primitiva. También usada por los judíos en la comunidad cercana al Mar Muerto. Refiere a riqueza y prosperidad. Los escritores de los evangelios escribieron esta palabra aramea con letras griegas y así se preservó en los textos inspirados. (Baker Encyclopedia of the Bible)
Esto no significa que siempre que la palabra aparece en la Biblia debe ser entendida como un ídolo; puede referir sólo riquezas, pero las otras 3 veces que aparece en el N.T. su uso es con una connotación negativa:
9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas. 10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. 11 Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? 13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Lucas 16:9-13
Hay entonces dos aspectos que debemos considerar:
1.- Una idolatría evidente: Por un lado las riquezas injustas, resultado del engaño, trampas, mentiras para ganar dinero. Las personas que viven así están adorando este ídolo. Quebrantan los mandamientos de Dios para ganar recursos u obtener posesiones. Esto es muy frecuente, una moneda corriente en el mundo de hoy y tales personas no heredarán el reino de Dios a menos que se arrepientan y crean el evangelio.
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 1 Corintios 6:10
2.- Una idolatría disimulada: Quizás alguien puede estar ganando dinero legalmente, enriqueciéndote con un trabajo digno y aún así pecar con esta idolatría. Es más, es posible que tu no estés ganando riquezas y sólo busques obtener lo suficiente para sobrevivir o salir de deudas y aún así estar pecando de este modo. ¿cómo puede suceder? Si tienes una lealtad dividida.
Si nuestras prioridades no son bíblicamente constituidas, y nuestro tesoro principal no es Cristo y nuestro servicio no tiene exclusividad para Dios, estaremos sirviendo a dos señores.
El cristiano no lucha solamente entre lo que es «explícitamente pecaminoso» y lo permitido; la lucha más grande está en someterse a Dios en todo y renunciar aún a lo lícito cuando está desordenado. Debemos hacer morir incluso pecados internos que podrían ser fácilmente escondidos o disimulados, “pecados respetables», que pueden disfrazarse de laboriosidad, esfuerzo o metas altas pero que esconden codicias, avaricia, egoísmo y vanidad.
porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. 1 Timoteo 6:10
¿Hay en tu corazón amor al dinero? Cada persona sabe lo que ama y lo que odia; si estás confundido sobre eso, sólo debes meditar en dónde están tus afectos, cuáles son tus deseos más grandes. Debes ser sincero contigo mismo. ¿Hay en tu corazón amor al dinero o las posesiones terrenales? ¿Captan ellas tus pensamientos?
¿Por qué es tan importante? El Señor nos da la respuesta entre medio de las dos máximas: porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.
Es una cuestión de lealtad. Si adoras a Dios, todo tus deseos que tengan que ver con dinero, posesiones y tesoros, tangibles o intangibles estarán sometidos a Dios y su Palabra. Si adoras a Mamón: Todo lo que hagas para Dios estará sometido a Mamón.
El comentarista Hendriksen, lo expresa de esta manera:
La tensión psicológica que se produce en el alma de una persona que se imagina por un tiempo que puede amar y servir a ambos maestros llega a ser tan severa e insoportable que tarde o temprano, en actitud, palabra y hecho comenzará a mostrar donde está su verdadera lealtad. Uno de los dos amos saldrá victorioso; realmente ha estado “a la cabeza” todo el tiempo, aunque tal vez el individuo en cuestión no estuviera completamente consciente de ello. En la crisis el alma agitada, al mostrar su amor por un amo, comenzará a mostrar que aborrece al otro, quizás hasta el punto de querer traicionarlo. Piénsese en Judas Iscariote. ¿No fue Mamón quien lo condujo a entregar a Cristo en las manos del enemigo?
Mira la diferencia: Mamón no te pide exclusividad, te dice: «no hay problemas que sirvas a Dios siempre que me sirvas a mi también».
Jesús te dice: No puede servir a Dios y a Mamón. Jesús demanda lealtad exclusiva. De ahí que buscar el equilibrio entre servir a Dios y a Mamón es igual a servir a Mamón solamente. No puedes servir 50% a Jesús y 50% Mamón, ni 80% a Jesús y 20% a Mamón , ni 99 a Dios y 1% a Mamón. Es todo o nada.
- La obediencia a Cristo es de cumplimiento radical.
- La seducción de la idolatría es hacerte creer que puedes adorar a tantos ídolos como quieras y también puedes adorar a Dios.
De ahí el aborrecimiento de Dios hacia los ídolos. El ídolo es aquello que ocupa el lugar que sólo Dios merece y la adoración que sólo Dios merece.
- Si adoras a Dios, puede ser que Dios te de riquezas o que no te las dé.
- Si adoras a Mamón, puede ser que Dios te de riquezas o no te las dé también. Mamón no te puede dar riquezas. Mamón es riquezas. Estarás siendo un devoto a las dádivas y no al dador de las dádivas.
Mucha gente va detrás de las dádivas de Dios pero no quieren a Dios. Quiere el pan que el da, la salud que él da, el gozo que él da… pero no lo quieren a él. Son codiciosos, egoístas, amadores de los deleites mas que de Dios. No saben lo que es morir a si mismos, no son dignos de Cristo pues quieren retener su vida, no están arrepentidos por su pecado y no tienen temor de Dios.
No puede haber entrega a medias al Señor, o todo o nada.
Muchas veces somos conscientes que tenemos que servir al Señor, pero hay anhelos insatisfechos en nuestra alma que nos demandan atención. Algunas veces pueden verse como necesidades reales, parecen metas válidas: Queremos servir al Señor pero decimos: «quiero tener mi casa propia», «necesito un automóvil o tengo que cambiar el que tengo»; debo ofrecerle una mejor situación a mi familia», etc. ¿Están estas cosas haciendo que tenga una lealtad dividida con el Señor? ¿Estoy poniendo en juego mi vida espiritual, la de mi familia, la adoración en mi hogar, la membresía en una iglesia local o el servicio a Dios?
Cuando somos siervos leales a Cristo nos afirmamos en su Palabra, pues ella nos revela su voluntad. Allí aprendemos que todo tiene su justo lugar. El dinero, el trabajo, la familia, las posesiones, la iglesia, el servicio, los dones. Si Dios te pidiera algo extraordinario, te dará la fe para hacerlo. Pero si quieres saber que es lo que Dios te pide hoy vive su Palabra y pon en práctica su voluntad allí revelada.
El problema no es la riqueza: Tener riquezas no es pecado. Si Dios le ha dado riquezas materiales disfrútela, pero siga el mandato bíblico:
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos… 1 Timoteo 6:17
Todos tenemos algún grado de riqueza. En el mundo hay mucha gente que no tiene acceso a agua potable, a tres comidas diarias, a un baño digno, una cama con colchón, etc
Quizás la pobreza que pasamos en esta parte del mundo sean más bien aprietos y dificultades temporales. Quizás no nos damos tantos gustos como queremos, tanta ropa o viajes o tecnología, pero tenemos mucho más que lo tiene el promedio general en el mundo.
Dado que somos más ricos que la mayor parte de la población mundial, debemos poner en práctica estos principios también:
- No poner la esperanzas en las riquezas, sino en Dios que es el que provee.
- Disfrutar de las bendiciones de Dios con gratitud
- Abundar en buenas obras, en dádivas y generosidad
El problema presentado en nuestro texto es la idolatría: Como bien nos recuerda J.C. Ryle:
El arca de Dios no puede estar junto a Dagón. Dios tiene que ser el Rey en nuestros corazones: Su ley, su voluntad y sus preceptos deben tener el primer lugar en nuestras vidas, entonces, sólo entonces, todo lo demás que concierne al hombre interior ocupará el lugar que le corresponde.
Medite en estos dos versículos considerando el tema en cuestión: no caigamos en una lealtad dividida:
Marcos 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
1 Juan 5:21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.
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© Por Adrián Passarelli. Verdadenamor Este material es de libre reproducción y distribución, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia. Suscríbete para recibir actualizaciones de entradas como esta aquí.
Gracias por esta enseñanza..Dios le bendiga.
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